Durante una cistoscopia, el médico inserta un dispositivo delgado y flexible llamado «cistoscopio» a través de la uretra hacia la vejiga.
La cistoscopia le permite al médico observar la parte inferior de las vías urinarias en busca de anomalías en la uretra y en la vejiga.
Si es necesario, se pueden pasar herramientas quirúrgicas a través del cistoscopio para tratar algunos trastornos.